La alcachofa es ampliamente conocida por sus propiedades diuréticas. Si queremos eliminar los líquidos retenidos, no hay mejor remedio que consumir alcachofas, pero también tenemos en ellas a unas grandes aliadas a la hora de perder peso, por su bajo contenido calórico y sus propiedades para estimular el metabolismo de las grasas. Pero no son estos los únicos beneficios que el consumo de la alcachofa nos va a proporcionar.


Es rica en hierro, fósforo, vitamina A, vitamina C, vitamina E, vitamina B1 y B2, ácido fólico. Por su alto contenido en fibra además ayuda a combatir el estreñimiento y es eficaz para prevenir el cáncer de colon y de mama.


La alcachofa regula la secreción biliar, por lo que es un alimento especialmente indicado si tenemos dificultades a la hora de digerir las grasas, si tenemos algún problema hepático o sufrimos ictericia.

También resulta muy beneficiosa cuando se sufre de hígado graso, ya que nos ayuda a regenerar las células hepáticas, ayudando además a limpiar el hígado y a eliminar toxinas, lo que la convierte en un producto imprescindible en cualquier dieta depurativa.


Su alto poder diurético también la convierte en beneficiosa de todas aquellas enfermedades que cursan con retención de líquidos o de toxinas, como son hipertensión o gota.


Quienes sufran de colesterol alto también deben consumirla, ya que en su composición se encuentran ácidos que, cuando los ingerimos, nos ayudan a reducir el nivel de colesterol malo en sangre.


También nos va a ayudar en caso de sufrir trastornos nerviosos como como la ansiedad, el insomnio o la depresión, ya que tiene un efecto relajante sobre el organismo. En estos casos lo mejor es tomarla en infusión antes de dormir para beneficiarnos de su poder sedante.