En la Región de Coquimbo se cultiva el 50% de las alcachofas del país. EL 70% destinado a la industria se desecha por no reunir el estándar requerido.

Para revertir tan alarmante pérdida, tanto para agricultores como procesadores, se está desarrollando el importante proyecto “AUMENTO DEL POTENCIAL PRODUCTIVO Y COMERCIAL DE LA INDUSTRIA DE LA ALCACHOFA”. La inversión asciende a $530.873.513 y tiene una duración 48 meses, debiendo concluir el próximo año. La investigadora y Doctora en Ciencias Sra. Constanza Jana del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) en la sede Intihuasi de La Serena, encabeza el equipo. Con entusiasmo, agudeza y sencillez explica, en forma fluida, sencilla, evitando tecnicismos, su proyecto. Su objetivo es “Incrementar la eficiencia agroindustrial y el valor agregado del alcachofín (cynara scolymus), sobre la base del material genético mejorado y optimización de factores claves en la cadena de producción”.

En nuestra región se cultiva el 50% de la producción alcachofera del país. La variedad tipo argentina que es la cultivada mayoritariamente, presenta la desventaja de su desuniformidad. Esto hace que sólo un 30% de lo destinado a la industria sea aprovechado. El 70% se desecha. Se pretende mejorar el tamaño, forma y calidad del producto, pero descartado por completo la manipulación genética o fórmulas transgénicas. El método consiste en la selección, evaluación y masificación, mediante una reproducción in vitro de las muestras seleccionadas. Esta fase selectiva se hizo considerando aspectos fenológicos y de productividad, porque se pretende, también, mejorar el “paquete técnico-agronómico” actual.

De alguna manera, el proyecto pone de manifiesto lo contradictoria que es, la actitud humana. Se ha impuesto en la agenda valórica la inclusión y el respeto a la diversidad. Sin embargo, como consumidores exigimos uniformidad a los productos hortofrutícolas. Son las reglas del mercado las que se imponen al respecto. Chile pretende ser una plataforma alimentaria y debe cumplir con estándares muy rigurosos en sus exportaciones. Para lograrlo se debe trabajar con “plantas domesticadas”. Nuestro principal mercado para la alcachofa es Estados Unidos. El 84% de los envíos al extranjero tienen ese destino y consisten en conservas del “tipo institucional”, vale decir en tarros de gran volumen, destinados a empresas o cadenas de restaurantes.

De lo anterior se desprende que se requiere agregar valor al producto. Considerando que a nivel mundial, su consumo está en expansión, se hace indispensable desarrollar alternativas que signifiquen ampliar sus posibilidades comerciales. Se estudian fórmulas para enviar fondos de alcachofas “marinados”, en vinagreta, pastas y otros tipos de presentación que puedan llegar al consumidor familiar o individual. Ya se ha experimentado en cruzamientos gastronómicos como pastas para rellenar aceitunas, untar el pan, saborizar quesos, deshidratados para sopas y hasta forraje para ganado vacuno.

Este proyecto consta de cuatro etapas: Establecimiento del plantel madre con selecciones promisorias de alcachofas para la agroindustria. La segunda contempla la caracterización morfológica, fenológica, productiva y molecular. Se prosigue con la propagación masiva de clones superiores y evaluación de campo. Para finalizar, viene la etapa de la evaluación, en terreno, de los clones promisorios, difusión y transferencia de resultados. En este momento se encuentra en su tercera etapa: clonación de ejemplares superiores. Esta fase es la más importante y debe realizarse en un ambiente de absoluta asepsia y rigurosidad, lo que impide visitar los laboratorios. A una solución de agar y nutrientes, en la que yacen las muestras, se le incorporan hormonas vegetales. Aprovechando la característica de totipotencialidad se obtendrán nuevos ejemplares. En términos simples, se trata de la multiplicación de ejemplares mediante pequeños trozos de una planta. Si comparamos esta característica con lo que ocurre a una lagartija que ha perdido su cola y puede regenerarla, pero sólo obtendrá una nueva cola; de un pequeño trozo de una planta, obtendremos un nuevo ejemplar completo.

No está lejano el día en que nuevas aplicaciones o subproductos de la alcachofa sean de uso habitual. Por ejemplo en cosméticos para suavizar, blanquear y nutrir la piel. Cremas, jabones y champús cuyos principales ingredientes sea las proteínas, vitaminas y aceites esenciales de las alcachofas, serán de fácil acceso al consumidor chileno y extranjero. Sus condiciones nutraséuticas también podrán ser usadas para contrarrestar la obesidad.

Grupo Explora Liceo José Tomás de Urmeneta

Coquimbo

Urmeneta@ctcinternet.cl


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