Le entusiasmaban los espárragos, las alcachofas y, sobre todo, los guisantes, que en aquella época se consideraban fortalecedores del vigor sexual y estimuladores de la libido. A mayor gloria de esta semilla, su llegada a la corte francesa coincidió con la introducción del tenedor, que aportaba un insospechado toque de distinción a los banquetes señoriales. Los más aventurados decidieron rizar el rizo comiendo los guisantes con tenedor y de ello dan fe multitud de caricaturas de la época que, evidentemente, pretendían ridiculizar a aquellos ocasionales «gourmets» y «gourmands» de nueva ola.

La receta
Ingredientes

1 kg de guisantes frescos, ya desgranados
3 cucharadas de mantequilla
1 lechuga
1 kg de cebollitas francesas
250 g de jamón curado
250 g de tocino ahumado o bacon
Sal al gusto
Pimienta molida al gusto
1 hoja de laurel
2 cucharadas  de harina
1 vaso de agua
Medio vaso de nata
1 pimiento morrón
Unas hojitas de menta

Preparación
1- Se disuelve la mantequilla calentándola en una cazuela de barro y después se añaden los guisantes y se rehogan.
2- Se lava la lechuga, se desecha el tronco, se pica muy menuda, se añade a la cazuela y se remueve. A continuación, se añaden las cebollitas peladas con una incisión en forma de cruz en la parte inferior, y el jamón en dados, removiendo de nuevo y dejando rehogar durante un par de minutos. 
3- Se salpimienta al gusto y se ponen el laurel, la harina para espesar y la nata. A continuación se echa el agua, removiendo y dejando cocinar hasta que haya reducido hasta algo menos de la mitad.
4- Se sirve usando un molde para dar forma y se decora con unas lonchitas de pimiento morrón y hojas de menta.

Tónico nervioso y un toque de buen humor

Los guisantes secos destacan por su aporte de proteínas vegetales de alto valor biológico y por su riqueza energética, debido a su abundante contenido en hidratos de carbono, compuestos en su mayor parte por almidón, que permiten afrontar con garantías cualquier esfuerzo o reto deportivo. También son una fuente importante de fibra, que ayuda al buen funcionamiento del tracto intestinal y evita problemas de estreñimiento. Además, el guisante es generoso en B1 o tiamina, vitamina fundamental para muchas funciones corporales, especialmente para la salud nerviosa y muscular, la producción de energía a partir de los hidratos de carbono y las grasas. Es igualmente muy útil para mejorar el humor, potenciar la concentración mental y conseguir un sueño reparador.

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